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El síndrome premenstrual (SPM) es un conjunto de síntomas físicos, emocionales y conductuales que aparecen en la segunda mitad del ciclo menstrual, entre la ovulación y la menstruación. Afecta a más del 70% de las mujeres en edad fértil y, aunque se ha normalizado, puede ser una señal de alerta sobre desequilibrios en la salud hormonal y digestiva.
Los síntomas más frecuentes incluyen irritabilidad, fatiga, ansiedad, retención de líquidos, dolor abdominal, sensibilidad en los senos, cambios de apetito y alteraciones del sueño. Comprender qué lo provoca es clave para abordarlo desde una perspectiva integrativa. Descubre cómo una dieta personalizada puede ayudarte a equilibrar tus hormonas de forma natural.
¿Cuál es la causa real del síndrome premenstrual?
Existen múltiples factores, pero el principal es un desajuste hormonal, sobre todo por progesterona baja. Durante la fase lútea del ciclo hormonal femenino, la progesterona debería predominar para equilibrar los efectos del estrógeno. Cuando esto no ocurre, se genera una cascada de síntomas que afectan tanto el estado de ánimo como el cuerpo.
Esta alteración puede deberse a estrés crónico, mala alimentación, falta de descanso o problemas intestinales. Todos estos factores afectan también a la nutrición funcional integrativa, ya que se interconectan a nivel endocrino, inmunológico y neurológico.
Síntomas del síndrome premenstrual más comunes
1. Cambios emocionales.
Irritabilidad, ansiedad, llanto fácil y apatía son comunes. Están relacionados con alteraciones en neurotransmisores como la serotonina, influenciados por los niveles hormonales y por el estado de la microbiota intestinal.
2. Dolor y molestias físicas.
Dolores de cabeza, sensibilidad mamaria, calambres y sensación de hinchazón abdominal son parte del cuadro. Estos síntomas se ven agravados por la inflamación crónica de bajo grado, típica en mujeres con disbiosis o permeabilidad intestinal.
3. Cansancio e insomnio.
Muchas mujeres reportan fatiga intensa, falta de concentración y problemas para dormir. Esto se relaciona con un desequilibrio en el eje HPA (hipotálamo-hipófisis-adrenal) y una mala gestión del cortisol, la hormona del estrés.
¿Por qué no deberíamos normalizar el SPM?
Aunque muchas lo viven como algo habitual, sufrir mes a mes por el ciclo no es normal. Es una señal de que algo en el cuerpo no está funcionando correctamente. Desde la medicina integrativa y la nutrición PNI, el SPM se considera un síntoma, no una enfermedad, y se puede mejorar notablemente.
Con una alimentación consciente, descanso adecuado, gestión emocional y apoyo fitoterapéutico o suplementación, se pueden reducir o eliminar los síntomas sin necesidad de recurrir a fármacos de forma crónica.
¿Cómo se puede tratar de forma natural?
1. Ajustar la alimentación según el ciclo hormonal.
Aplicar una dieta antiinflamatoria rica en vegetales, frutas, legumbres, semillas y grasas saludables (como aguacate o aceite de oliva) ayuda a modular la inflamación y estabilizar el sistema endocrino.
Durante la fase lútea es recomendable incorporar alimentos ricos en magnesio, vitamina B6 y triptófano como el cacao puro, los frutos secos y el plátano.
2. Cuidar la salud digestiva.
La salud del intestino influye en el metabolismo hormonal. Una microbiota alterada impide la correcta eliminación de estrógenos y favorece su recirculación, intensificando los síntomas. Se recomienda trabajar con una dieta que apoye la salud digestiva, evite alimentos inflamatorios y mejore la digestión lenta.
En algunos casos se puede recurrir a una dieta FODMAP o eliminar gluten y lácteos temporalmente.
3. Suplementación y plantas medicinales.
El sauzgatillo, el aceite de onagra, la maca andina, el magnesio bisglicinato y la vitamina B6 son algunos de los remedios naturales para el dolor menstrual y el equilibrio hormonal. Siempre deben recomendarse en base a una valoración individual.
Relación entre síndrome premenstrual y otros desequilibrios
El SPM puede ser un aviso temprano de otros desórdenes como hipotiroidismo, SIBO o intolerancias alimentarias. Muchas mujeres con intestino irritable o inflamación crónica también reportan síntomas intensos durante el ciclo.
Desde la psiconeuroinmunología clínica (PNI) se considera que la integración entre sistema inmune, digestivo y hormonal es clave. Abordar solo una parte sin considerar el resto suele resultar ineficaz a largo plazo. ¿Quieres reducir el síndrome premenstrual sin medicamentos?. Solicita una asesoría personalizada basada en PNI
Plan de acción integrativo
1. Valoración personalizada.
Trabajar con un profesional en nutrición integrativa, PNI clínica o dietética integrativa permite hacer una lectura completa de cada caso. El objetivo es identificar desequilibrios en ejes corporales y adaptar un plan realista, basado en hábitos sostenibles.
2. Reeducación alimentaria.
Se enseña a comer según las necesidades reales del cuerpo, no desde la restricción o el conteo calórico. Esta asesoría nutricional ayuda a restaurar el equilibrio interno y mejora la relación con la comida.
3. Apoyo emocional.
Emociones retenidas, estrés crónico y exigencias externas también influyen. Acompañar el proceso con herramientas de gestión emocional, meditación o terapia puede reducir el impacto del cortisol y favorecer el equilibrio hormonal.
El síndrome premenstrual no debe ser una condena mensual. Comprender su origen desde la nutrición funcional integrativa, el eje hormonal y digestivo, y aplicar estrategias personalizadas puede marcar un antes y un después en la calidad de vida de muchas mujeres.
Apostar por una alimentación saludable, descanso reparador y suplementos adecuados permite recuperar el bienestar natural del cuerpo. Si quieres dar el primer paso, descubre más sobre nutrición PNI, pide tu asesoría nutricional personalizada o explora los beneficios de una dieta integrativa adaptada a ti.