Cada vez son más los padres que se preocupan por vestir a sus hijos con ropa ecológica y sostenible. Y no es para menos, puesto que la moda convencional infantil puede tener graves consecuencias tanto para el medioambiente como para la salud de los más pequeños.
Los problemas de la fast fashion infantil
La industria textil es una de las más contaminantes del planeta. Se estima que es responsable del 20% del total de aguas residuales y del 10% de las emisiones globales de carbono. A esto hay que sumarle el enorme gasto de agua, energía y productos químicos que conlleva la producción textil.
La fast fashion infantil no es una excepción. Al contrario, en muchos casos el impacto ambiental de la ropa de bebé es incluso mayor. Esto se debe a que se fabrican en menor cantidad y durante periodos más cortos.
Además, la ropa infantil convencional contiene sustancias potencialmente dañinas para la sensible piel de los niños. Hablamos de colorantes, pesticidas, metales pesados o formaldehído, entre otros.
Los beneficios de la moda infantil ecológica
Optar por la moda sostenible en los más pequeños reporta beneficios tanto ambientales como para su salud.
En cuanto al medioambiente, la ropa ecológica reduce el consumo de agua y energía, minimiza el uso de químicos y fomenta materiales biodegradables. Todo ello gracias a procesos de producción más limpios y eficientes.
Para la salud de los niños, la ropa sostenible evita sustancias tóxicas que pueden derivar en alergias, eccemas o problemas respiratorios. Además, al tratarse de prendas de mayor calidad, son más duraderas y se pueden usar entre hermanos.
Materiales sostenibles para ropa de bebé
A la hora de comprar moda infantil ecológica, es importante fijarse en los materiales. Los más recomendables son:
- Algodón orgánico: cultivado sin pesticidas ni fertilizantes químicos. Además, su producción consume menos agua.
- Lino: natural, biodegradable y antibacteriano. Perfecto para pieles sensibles.
- Bambu: de cultivo ecológico y procesamiento sostenible. Es suave, hipoalergénico y termorregulador.
- Lana merino: natural, transpirable y de larga duración. Proviene de ovejas criadas éticamente.
- Tencel: hecho a partir de pulpa de madera sostenible. Es muy suave y absorbente.
- Cáñamo: robusto, fresco y antibacteriano. Necesita pocos tratamientos químicos para su cultivo.
Certificados de ropa infantil ecológica
Para asegurarnos de comprar moda sostenible para bebés, lo mejor es fijarse en los certificados. Los más importantes son:
- Global Organic Textile Standard (GOTS): garantiza que el producto contiene un mínimo del 70% de fibras textiles orgánicas.
- Oeko-Tex Standard 100: asegura que los tejidos están libres de sustancias nocivas para la salud.
- Fair Wear Foundation: verifica que la producción cumple con los derechos de los trabajadores.
- Fairtrade: certifica que los cultivos de fibras como el algodón son ecológicos y comercializados de forma justa.
Marcas de moda infantil sostenible
Cada vez existen más firmas de ropa ecológica para bebés y niños pequeños. Algunas de las mejores opciones son:
- Pamicola: uso de algodón orgánico y tintes naturales. Prendas de diseño sencillo y atemporal.
- Petit Bateau: larga trayectoria en moda infantil de alta calidad y materiales nobles como el algodón.
- Mini Rodini: slow fashion sueca con certificación GOTS. Diseños y estampados muy originales.
- Frugi: marca británica con certificado Oeko-Tex. Ropa divertida con tejidos innovadores como el algodón orgánico y el tencel.
- Rasvi: firma española que apuesta por el algodón y la lana orgánicos. Prendas elegantes de estilo nórdico.
- Boden: opciones infantiles en fibras naturales como el lino y el algodón. Variedad de estilos románticos, retro y deportivos.
Apostar por la moda infantil sostenible es una excelente decisión tanto para el planeta como para la salud de los más pequeños. Y gracias a la amplia variedad de firmas ecológicas, entre ellas, Kowa Koala, resulta sencillo encontrar opciones divertidas, originales y de calidad.