Bebé durante una sesión fotográfica profesional, rodeado de accesorios tiernos y una iluminación suave.

¿Qué debo llevar a la sesión fotográfica de mi bebé?

La primera sesión de fotos de tu bebé es un momento único y especial. Para que todo salga perfecto, es importante llevar algunos elementos esenciales que ayudarán a capturar recuerdos inolvidables. Aquí te contamos qué debes preparar para que la experiencia sea fluida y relajada.

1. Ropa y accesorios especiales.

El vestuario es clave en la sesión fotográfica. Lleva varias opciones de ropa en tonos neutros y suaves, ya que resaltan la ternura del bebé. Evita prendas con estampados llamativos o logotipos que puedan distraer la atención. Además, incluye accesorios como gorritos, diademas y calcetines delicados para aportar un toque especial a cada foto. Opta por telas cómodas y naturales como el algodón o lino, que permiten que el bebé se sienta relajado durante la sesión.

Otro aspecto a considerar es la coordinación de colores con los padres o hermanos. Si deseas fotos familiares, es recomendable elegir tonos armónicos y evitar contrastes excesivos. La simplicidad suele funcionar mejor en este tipo de sesiones, ya que permite destacar la pureza y dulzura del bebé.

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2. Objetos con valor sentimental.

Incluir elementos personales puede hacer que las fotos sean aún más significativas. Lleva mantitas especiales, peluches favoritos o cualquier objeto que tenga un valor emocional para la familia. Estos detalles añaden calidez y autenticidad a las imágenes. Si el bebé tiene algún juguete o accesorio que le brinde seguridad, es una buena idea incorporarlo en algunas tomas.

También puedes llevar cartas escritas por los padres, pequeños accesorios familiares heredados o incluso un libro especial. Todos estos objetos ayudarán a personalizar la sesión y darle un toque más emotivo y personal.

3. Pañales y artículos de higiene.

Los bebés pueden necesitar cambios de pañal en cualquier momento. Lleva suficientes pañales, toallitas húmedas y una manta impermeable para facilitar el proceso. Además, es recomendable tener un pequeño neceser con crema hidratante, gasas y algodón para cualquier necesidad. No olvides llevar bolsas para desechar pañales usados y mantener limpio el espacio del estudio.

Si la sesión se realiza en exteriores, ten en cuenta que los cambios de ropa pueden ser más complicados. Lleva una toalla grande o una manta para colocar al bebé sobre una superficie limpia y segura. También puedes llevar un atomizador con agua tibia para refrescarlo si hace calor.

4. Biberones y chupetes.

Si tu bebé toma leche de fórmula o biberón, asegúrate de llevar suficiente cantidad para la sesión. La alimentación es un factor clave para mantener al bebé tranquilo y relajado. Si aún está en etapa de lactancia materna, consulta con el fotógrafo si hay un espacio privado para dar de comer al bebé cómodamente.

Los chupetes también pueden ser de gran ayuda para calmar al bebé entre tomas y hacer que se sienta más cómodo durante la sesión. Incluso si tu bebé no suele usar chupete, tener uno a mano puede ser útil en caso de que lo necesite. Además, algunos bebés encuentran consuelo en morder un pequeño sonajero o un mordedor, lo cual también puede integrarse en la sesión de fotos.

5. Sesión en casa o en estudio.

Dependiendo de dónde se realice la sesión, deberás preparar elementos adicionales. Si la sesión se lleva a cabo en casa, asegúrate de que el espacio esté limpio y con buena iluminación natural. Coordina con el fotógrafo para elegir las mejores habitaciones y garantizar un ambiente cálido y acogedor.

En un estudio profesional, el fotógrafo suele proporcionar diversos fondos y accesorios, pero es recomendable preguntar con antelación qué elementos están disponibles. Algunos estudios ofrecen vestuario especial para bebés, por lo que podrías necesitar menos cambios de ropa.

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6. Horario ideal para la sesión.

El horario es un factor fundamental para el éxito de la sesión. Se recomienda programarla en un momento en que el bebé esté más tranquilo, como después de una siesta o una toma de leche. Evita horarios en los que el bebé suele estar inquieto o irritable.

Si la sesión es con recién nacidos, lo ideal es realizarla durante los primeros 10-15 días de vida, cuando el bebé duerme profundamente y es más fácil posicionarlo en distintas posturas. Para bebés de más de tres meses, es recomendable hacer la sesión en la mañana o después de una siesta para garantizar que estén de buen humor.

7. Paciencia y amor.

Más allá de los objetos materiales, lo más importante es traer tranquilidad y amor. Los bebés perciben el estado de ánimo de sus padres, así que mantener un ambiente relajado y lleno de cariño hará que las fotos sean aún más especiales.

Recuerda que cada bebé es único y puede reaccionar de manera diferente a la sesión. Algunos estarán tranquilos y dormirán durante la mayor parte del tiempo, mientras que otros necesitarán más pausas. Lo importante es disfrutar del momento y permitir que el fotógrafo capture la esencia de tu pequeño de manera natural.

Con una buena preparación, la sesión fotográfica de tu bebé será una experiencia maravillosa que capturará los momentos más tiernos e inolvidables de su infancia.

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