¿Qué es el trauma somático y cómo puedes liberarlo?

¿Qué es el trauma somático y cómo puedes liberarlo?

El cuerpo guarda todo lo que la mente no puede procesar. Esta afirmación, respaldada por décadas de estudios en psicología somática y neurociencia, se convierte en un punto de partida fundamental para entender el trauma somático.

A diferencia del trauma psicológico tradicional, el trauma somático está profundamente arraigado en el sistema nervioso, provocando respuestas físicas, emocionales y conductuales automáticas ante ciertos estímulos.

El trauma no es solo el evento vivido, sino cómo el cuerpo lo registró. Muchas personas pueden experimentar situaciones emocionalmente intensas y salir fortalecidas, mientras que otras quedan atrapadas en patrones de congelación, disociación o hipervigilancia. ¿La razón? La manera en que el sistema nervioso lo experimentó.

¿Cómo se manifiesta el trauma en el cuerpo?

El trauma somático no siempre es visible. No se presenta como una herida abierta, pero puede manifestarse de múltiples formas en la vida diaria.

  • Problemas digestivos sin causa médica aparente.
  • Insomnio o dificultad para relajarse.
  • Ansiedad persistente o ataques de pánico.
  • Hipersensibilidad a sonidos o estímulos táctiles.
  • Sentimientos recurrentes de culpa o vergüenza.
  • Problemas de intimidad o dificultad para establecer límites.

El cuerpo, al no sentirse seguro, responde como si el peligro aún estuviera presente. Esto ocurre incluso años después del evento original.

¿Qué diferencia hay entre trauma somático y trauma psicológico?

El trauma psicológico se trabaja principalmente a través del lenguaje, la narrativa, el análisis y la introspección. Sin embargo, el trauma somático involucra al sistema nervioso autónomo, el cuerpo y sus reacciones automáticas, como la tensión muscular, la respiración superficial o la parálisis emocional.

En términos prácticos, una persona puede entender racionalmente que ya no está en peligro, pero su cuerpo sigue reaccionando como si lo estuviera. Por eso, el abordaje somático es tan relevante, no se trata solo de hablar, sino de escuchar al cuerpo, observar sus respuestas y devolverle la sensación de seguridad.

Técnicas efectivas para liberar el trauma del cuerpo.

La liberación del trauma somático implica trabajar directamente con el cuerpo y el sistema nervioso. Aquí algunas de las técnicas más efectivas que se aplican en el acompañamiento somático.

1. Somatic Experiencing.

  • Desarrollada por Peter Levine, esta técnica ayuda a liberar la energía atrapada en el cuerpo.
  • Utiliza movimientos suaves, atención al cuerpo y al presente para descargar tensiones acumuladas.

2. Focusing.

  • Proceso terapéutico donde la persona se enfoca en las sensaciones corporales internas y les da espacio.
  • Ayuda a descubrir mensajes que el cuerpo guarda de forma no verbal.

3. Respiración consciente.

  • Respirar de forma controlada y profunda activa el nervio vago, que promueve la relajación.
  • Prácticas diarias de respiración pueden estabilizar el sistema nervioso.

4. Movimiento espontáneo o danza somática.

  • El cuerpo necesita moverse para liberar la energía congelada.
  • Bailar, temblar, sacudir o simplemente estirarse de forma consciente puede desbloquear emociones estancadas.

¿Por qué el tacto consciente es esencial en la sanación?

El tacto es uno de los lenguajes más antiguos de la humanidad. En el contexto del trauma, puede ser una herramienta profundamente sanadora si se utiliza de manera segura, respetuosa y consciente.

El tacto consciente.

  • Activa el sistema parasimpático, responsable de la relajación.
  • Reconfigura la percepción del cuerpo como un lugar seguro.
  • Favorece la conexión con el presente y rompe patrones de disociación.
  • Crea nuevas memorias positivas que reemplazan experiencias traumáticas.

No se trata de masajes tradicionales, sino de un acompañamiento somático donde el terapeuta crea un espacio seguro para que se pueda recuperar la confianza en su cuerpo y en el contacto.

El papel del sistema nervioso en el trauma.

El sistema nervioso autónomo regula las respuestas automáticas del cuerpo: lucha, huida, congelación o conexión. Cuando alguien vive una experiencia traumática y no puede escapar o defenderse, su cuerpo puede entrar en modo de congelación, quedando atrapado en esa respuesta por tiempo indefinido.

Por eso, la terapia somática busca liberar al sistema nervioso de ese estado de alerta crónica. No es cuestión de «superarlo», sino de permitir que el cuerpo complete la respuesta que no pudo realizar en su momento.

La importancia de la seguridad y la presencia.

La clave en cualquier proceso de sanación somática es la creación de un entorno seguro. Sin seguridad, no hay regulación emocional posible. La persona necesita sentir que puede bajar la guardia, que sus emociones serán sostenidas y que su cuerpo no será juzgado.

Un profesional entrenado en técnicas somáticas trabaja desde la presencia, la empatía y la escucha activa. No busca dirigir ni interpretar, sino acompañar. Esta relación terapéutica es esencial para que el sistema nervioso comience a confiar nuevamente.

¿Quiénes pueden beneficiarse de este enfoque?

El enfoque somático es útil para cualquier persona que.

  • Haya vivido traumas sexuales, emocionales o físicos.
  • Sienta que no puede relajarse ni disfrutar de la vida.
  • Tenga bloqueos sexuales o de intimidad.
  • Se sienta desconectada de su cuerpo o emociones.
  • Busque profundizar en su proceso de desarrollo personal y espiritual.

También es ideal para profesionales del acompañamiento emocional, terapeutas, educadores somáticos y facilitadores de procesos grupales que deseen incorporar esta mirada integral en su práctica.

Beneficios del trabajo somático a largo plazo

A medida que el cuerpo se va liberando del trauma, los cambios empiezan a notarse en todos los aspectos de la vida:

  • Mayor sensación de bienestar y relajación
  • Conexión más profunda con el cuerpo y los sentidos
  • Mejora de las relaciones personales
  • Disminución de síntomas físicos y emocionales
  • Recuperación del deseo, la creatividad y la vitalidad

Lo más importante es que la persona recupera el poder sobre su propia vida. Ya no reacciona desde el miedo, sino desde la presencia.

Un camino de vuelta al cuerpo y a la vida.

Sanar el trauma somático no es un proceso lineal ni rápido, pero sí profundamente transformador. Requiere tiempo, contención y la guía adecuada. Poco a poco, el cuerpo aprende que ya no está en peligro, que puede habitarse con placer, con calma y con conexión.

En una sociedad que nos ha enseñado a desconectarnos del cuerpo, volver a él es un acto radical de amor propio. No hay que hacerlo solo. Existen caminos, herramientas y personas preparadas para acompañar este viaje hacia la integración y la libertad emocional.

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