Portal de noticias de España y el mundo, tendencias y temas de interés actualizados

Sentirse mal sin entender por qué es una de las experiencias más frustrantes que existen. Muchas personas viven con ansiedad, insomnio, irritabilidad o sensación de vacío, aunque en su día a día “todo esté bien”. Han probado terapia convencional, meditación, libros de autoayuda o incluso medicación, pero no logran avanzar del todo. Si este es tu caso, sigue leyendo.
Existe una terapia psicológica que está cambiando la forma en la que muchas personas sanan emociones atrapadas: la teràpia EMDR puede ayudarte a desbloquear lo que tu mente aún guarda.
¿Qué es la teràpia EMDR?
EMDR son las siglas de Eye Movement Desensitization and Reprocessing, o en castellano, Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular. Suena técnico, pero su base es sencilla: se trata de un enfoque terapéutico que ayuda a procesar recuerdos, emociones o sensaciones que han quedado bloqueadas en el sistema nervioso.
A diferencia de otras terapias, no necesitas contar todos los detalles del trauma o del malestar. No se trata de revivir lo que dolió, sino de ayudar al cerebro a liberar lo que quedó “atascado” emocionalmente.
¿Cómo funciona exactamente?
Durante una sesión de EMDR, el terapeuta te guía mientras estimula ambos hemisferios del cerebro, generalmente mediante movimientos oculares (aunque también puede ser con sonidos o toques alternados). Esta estimulación activa la capacidad natural del cerebro de “reprocesar” experiencias difíciles, como si las reubicara de forma segura.
Es como si tu mente pudiera reordenar lo que pasó, bajando la carga emocional asociada a ese recuerdo o sensación. Sin eliminar el recuerdo, pero sí liberándote de su impacto negativo.
¿Qué tipo de problemas trata la teràpia EMDR?
Aunque nació como una técnica para tratar el trastorno de estrés postraumático, hoy en día la EMDR se utiliza con excelentes resultados en muchos casos como:
- Ansiedad generalizada o ataques de pánico.
- Trauma complejo o emocional (aunque no haya un hecho puntual).
- Duelos complicados o rupturas sentimentales.
- Baja autoestima o inseguridad constante.
- Fobias o miedos irracionales.
- Sensación de vacío o desconexión emocional.
- Dolor crónico con componente emocional.
Incluso se utiliza en niños y adolescentes que han vivido experiencias difíciles o cambios drásticos.
¿Y si no tengo un trauma claro?
Muchos pacientes dicen frases como: “No me pasó nada tan grave”, “hay gente peor que yo”, o “no tengo traumas”. Pero EMDR no solo trata traumas “grandes”. También trabaja microheridas emocionales: frases que marcaron, rechazos repetidos, experiencias de vergüenza o abandono.
A veces, lo que te hace sentir mal no es un solo hecho, sino una acumulación de emociones que nunca pudiste procesar del todo. Y EMDR ayuda a desbloquear esas cargas invisibles. Actúa en la raíz del problema, sin revivir el trauma.
¿Qué se siente durante una sesión?
Cada persona vive el proceso de forma diferente. Algunas sienten alivio inmediato. Otras experimentan emociones intensas que luego bajan. Lo importante es que el terapeuta especializado en EMDR siempre adapta el ritmo y el enfoque a tu situación personal.
No hay presión por hablar de todo. Lo central es cómo lo sientes, no cómo lo cuentas.
Beneficios reales de la teràpia EMDR
- Te ayuda a procesar el pasado sin quedarte atrapado en él.
- Reduce síntomas de ansiedad, insomnio o tensión sin necesidad de medicación.
- Mejora tu relación contigo mismo y con los demás.
- Aumenta tu sensación de calma, seguridad y claridad mental.
- Trabaja la raíz del problema, no solo los síntomas.
¿Por qué funciona cuando otras terapias no lo hacen?
La clave está en que EMDR no se limita a hablar. Trabaja con el sistema nervioso, la memoria emocional y los patrones que se activan sin que te des cuenta. Por eso, muchas personas sienten avances profundos en menos tiempo.
Especialmente cuando hay experiencias difíciles que no logras explicar o que han quedado “congeladas” en tu interior.
¿Es para ti la teràpia EMDR?
Si sientes que estás estancado emocionalmente, que hay algo dentro que no se calma o que arrastras malestares que no puedes ubicar, probablemente sí.
No necesitas tocar fondo para pedir ayuda. De hecho, cuanto antes atiendas lo que sientes, más rápido podrás empezar a vivir con más paz interior. Pide información sobre sesiones personalizadas con enfoque EMDR.



