El diseño de interiores doméstico evoluciona constantemente. Los avances tecnológicos y los cambios en los estilos de vida influyen en las nuevas tendencias.
En 2024, hay un mayor énfasis en diseños multifuncionales, sostenibles y que fomenten el bienestar. La tecnología cobra protagonismo con soluciones inteligentes. A su vez, se buscan diseños cálidos y naturales que transmitan tranquilidad.
A continuación, exploramos las principales tendencias:
Espacios multifuncionales
Cada vez son más populares los espacios multifuncionales que permiten optimizar al máximo la superficie disponible. Soluciones como paredes y puertas corredizas, muebles modulares y convertibles o mesas extensibles ayudan a adaptar las estancias según las necesidades.
Un claro ejemplo son los lofts diáfanos, donde las diferentes áreas como salón, comedor y cocina se integran visualmente. También es común ver dormitorios con zonas de estudio y salones que incorporan rincones de lectura.
Esta tendencia refleja el deseo de contar con interiores flexibles y polivalentes, donde cada metro cuadrado aporte valor.
Domótica e iluminación inteligente
La domótica y la iluminación inteligente son dos de los grandes protagonistas este año. Cada vez más hogares incorporan sistemas automatizados que se controlan mediante asistentes de voz, apps móviles o paneles táctiles integrados.
Entre las funciones más demandadas están la regulación de la temperatura, la iluminación ambiental, el control de electrodomésticos y sistemas de seguridad. Todo ello permite gestionar el hogar de forma remota para mayor comodidad y ahorro energético.
En iluminación destaca la tecnología LED, que permite regular la intensidad y temperatura del color para crear distintos ambientes. Esto se completa con sistemas de control gestual, sensores de presencia y opciones para simular la luz natural.
Sostenibilidad y conciencia ecológica
Cada vez hay una mayor preocupación por la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente. Por ello, son tendencia los materiales y acabados respetuosos con el entorno como la madera con certificación sostenible, los textiles orgánicos o las pinturas con bajas emisiones de COV.
También está aumentando el uso de materiales reciclados y opciones renovables en construcción, como los aislamientos de origen natural. La reutilización y customización de muebles vintage también cobra fuerza.
En instalaciones, los sistemas de bajo consumo y aprovechamiento de aguas pluviales son muy apreciados. Igualmente, gana terreno la vegetación de interior por sus beneficios purificadores.
Bienestar y diseño biofílico
Hay un marcado interés por diseños que cuiden la salud física y mental de los habitantes. Por ello, cada vez se incorporan más elementos naturales y materiales nobles no tóxicos.
La tendencia biofílica busca reunir lo mejor de la naturaleza y la arquitectura. Entre sus claves están maximizar la luz natural con grandes ventanales, integrar vegetación, emplear materiales y texturas orgánicas como madera, piedra o lino y utilizar colores terrosos.
También gana presencia el agua, con propuestas como fuentes, piscinas o baños con efecto spa. Y no pueden faltar zonas verdes como patios y jardines interiores.
Estética artesanal y detalles únicos
Como contraposición al estilo de vida acelerado, se valora la creación manual y los detalles hechos a medida. Es una tendencia más humana que rechaza la producción en masa y el minimalismo estéril.
Se buscan espacios cálidos con alma artesanal. Esto se traduce en el auge de materiales naturales, la combinación de texturas, el empleo de fibras y tejidos tradicionales, y la inclusión de piezas de autor como cerámica, vidrio soplado o cuadros pintados a mano.
Los revestimientos que imitan materiales nobles como el mármol también están en alza por su capacidad de personalizar cada proyecto. Igualmente, son muy solicitados los muebles customizados.
Coloridos alegres y tonos cálidos
Frente a la omnipresente estética minimalista, surgen propuestas más vibrantes y alegres que expresan felicidad. Los tonos cálidos como el amarillo, naranja o rosa cuentan con muchos adeptos por su capacidad de transmitir energía.
También se imponen los colores tierra, presentes en materiales naturales como la madera, el lino o la piedra. Azules profundos y verdes exóticos aportan un toque fresco y relajante.
En mobiliario, salen de su discreción habitual los sofás y butacas en tonos fuertes como el azul klein. Igualmente, crece el uso de estampados étnicos y florales para las texturas.
Junto a esta explosión colorida, perduran los acabados neutros como base tranquilizadora. El blanco sigue reinando en paredes, techos y carpinterías.
Simplicidad escandinava
El estilo escandinavo, caracterizado por la funcionalidad, la luminosidad y la simplicidad estética gana fuerza como tendencia global. Sus líneas puras y minimalistas encajan a la perfección en pisos modernos.
La clave reside en crear el máximo confort con pocos elementos, bien seleccionados. Destacan los suelos de madera clara, paredes y techos blancos, textiles naturales y abundante vegetación de interior.
El mobiliario suele tener líneas rectas, en tonos claros y materiales cálidos como la madera. También son típicos los textiles artesanales. La iluminación es primordial, con grandes ventanales y lámparas que potencien la sensación de amplitud.
Integración de obras de arte
Como parte de una mayor humanización de los espacios, está aumentando la presencia de obras de arte originales. Pinturas, esculturas, fotografías o instalaciones artísticas se integran como parte del diseño.
Además de su valor estético, son una forma de expresión personal y conexión emocional. También permiten apoyar el arte local emergente mediante la combinación de piezas de jóvenes creadores con otras más consagradas.
Especialmente indicadas para pisos modernos son las obras abstractas, geométricas y minimalistas. También son tendencia las fotografías en gran formato con paisajes o detalles de la naturaleza.
El interiorismo actual busca la máxima versatilidad y funcionalidad sin renunciar al confort, la estética y la sostenibilidad. La tecnología se pone al servicio del bienestar, mientras que el arte aporta un toque humano.
Los espacios fluídos, luminosos y en conexión con la naturaleza cobran fuerza como refugio frente al estrés. Quizás no haya tendencias universalmente válidas, pero sí un mayor énfasis en diseñar pensando en las personas.